Hace un año, mi productividad estaba por los suelos. Tenía listas de tareas en hojas sueltas, recordatorios en la mente y más de 10 pestañas abiertas todo el día. Me sentía ocupado, pero no avanzaba.
Probé muchas apps populares como Todoist, Evernote y Trello, pero no encajaban conmigo. Estaban bien, pero sentía que eran más pesadas de lo necesario.
Un día decidí buscar alternativas poco conocidas. No las vi recomendadas en YouTube ni en blogs famosos. Las encontré investigando, probando y, sobre todo, fallando varias veces.
Hoy te comparto esas 5 apps que me cambiaron el ritmo de trabajo. Son simples, funcionales y, lo mejor, gratuitas.
1. TickTick – Mi cerebro fuera de mi cabeza
TickTick fue la app que finalmente reemplazó mi caos de tareas. Tiene lo justo: lista de tareas, calendario, hábitos, prioridades. Pero lo que más me gusta es su modo “pomodoro” integrado.
Desde que la uso, trabajo por bloques de 25 minutos con descanso y siento que mi día tiene estructura.
2. Boosted – Medir el tiempo lo cambió todo
Esta app me abrió los ojos. Pensaba que trabajaba mucho, pero con Boosted comencé a cronometrar el tiempo real que pasaba en tareas importantes.
Descubrí que perdía más de 3 horas al día en cosas que ni recordaba. Verlo en estadísticas me ayudó a mejorar mi enfoque. Es como un “informe” de tu propio rendimiento diario.
3. JotterPad – Escribir sin distracciones
Cuando necesito escribir ideas, correos o bosquejos, abro JotterPad. Es una app minimalista para escribir sin botones extra, sin negritas ni colores. Solo tú y el texto.
Es tan ligera que puedo escribir en el bus, en la fila del banco o antes de dormir. Desde que la uso, escribo más y edito menos.
4. Daylio – Productividad no es solo trabajo
Esta app me enseñó algo importante: ser productivo no es hacer más, sino sentirte bien con lo que haces.
Daylio es un diario de humor y hábitos. No necesitas escribir texto, solo marcas cómo te sientes y qué hiciste. Ver cómo mis emociones estaban ligadas a mis rutinas fue revelador.
Desde que la uso, incluyo pausas y tiempo de descanso como parte de mi productividad real.
5. One Sec – Bloquear distracciones con un respiro
Esta app es simple pero poderosa. Antes de abrir redes sociales, te obliga a respirar profundo durante un segundo… y entonces te pregunta si realmente quieres entrar.
Es una pausa breve, pero muchas veces ese segundo me salvó de caer en una hora de scroll infinito.
Reflexión final
No necesitas apps populares ni métodos complejos para ser más productivo. A veces, las mejores herramientas son las que no se ven en los rankings de moda.
Estas cinco aplicaciones no me volvieron un robot, pero me ayudaron a tomar conciencia, enfocarme en lo importante y respetar mis límites.
Si estás buscando dar un giro a tu forma de trabajar o estudiar, empieza por probar alguna de ellas. Quizás, como me pasó a mí, descubras que la productividad no está en hacer más… sino en hacer mejor.